lunes, 16 de julio de 2012

Joaquín Sánchez Pagán, uno de los primeros y más apreciados vecinos del Barrio del Hipódromo


Promovió hace noventa y cinco años la primera procesión de la Virgen del Carmen por las calles de los barrios del Real e Hipódromo, regentó la imprenta El Progreso y como periodista dirigió varias publicaciones


  Anuncio publicado en la revista La Ilustración del Rif, septiembre de 1925                                                                  
    De profesión impresor, Joaquín Sánchez Pagán abandonó su Murcia natal en el año 1910 para establecerse en Melilla junto con sus familiares, al igual que otros muchos hombres y mujeres del Levante y Andalucía principalmente, deseosos por mejorar sus condiciones de vida al amparo del desarrollo vertiginoso que experimentaba nuestra ciudad a consecuencia de la recién acabada campaña militar del Rif que abrió el Norte de Marruecos a la acción colonial española.

   De los primeros vecinos del Hipódromo
   La campaña militar iniciada el 9 de julio de 1909  tuvo como consecuencia inmediata el aumentó de  la población civil de Melilla de 12.000 a 21.000 personas, muchas de ellas faltas de adecuado alojamiento. Grave problema que intentó resolver el general Arizón, como presidente del Municipio, de la Junta de Arbitrios, con la creación de nuevos barrios. Demarcando para ello solares a ceder en usufructo, primero en  el Tesorillo y a partir del 11 de marzo de 1910 en la zona conocida en la actualidad como Barrio Hipódromo. Más pronto este último  resultó insuficiente, y como  ampliación nació el Barrio del Real. Unas nuevas expansiones urbana completadas en el mismo año 1910 con la creación de los barrios Industrial y Príncipe.
    Joaquín Sánchez Pagán llegó a Melilla a comienzos del año 1910 procedente de la provincia de Murcia donde era propietario de una imprenta afectada por la crisis económica que asolaba la zona. Confiaba trasladar hasta nuestra ciudad su modesta industria con la ilusión de mejorar las condiciones de vida de su familia, ante las enormes posibilidades de negocios que aquí se abrían. Intentó encontrar un local adecuado, y ante su imposibilidad por la gran demanda existente decidió solicitar al Municipio – la Junta de Arbitrios – un solar en el incipiente Barrio del Hipódromo. Poco tiempo después, aproximadamente un mes, su solicitud tuvo feliz respuesta ya que le fue cedido el solar con el número 42, provisto de 72 metros cuadrados donde instaló su taller de impresión bajo el cobijo de una barraca con la finalidad de tomar posesión del terreno de forma rápida. Albergue provisional que según las directrices de la Junta de Arbitrios debía transformar en edificio de mampostería en un limitado periodo de tiempo, cosa que realizó muy pronto, entre los meses de octubre de los años 1911 y 1912.
   En tanto levantaba de mampostería el local de su industria, el señor S. Pagán montó la imprenta en el centro de la ciudad, en la antigua calle Granada, hoy denominada Justo Sancho Miñano.
   La imprenta, que también encuadernaba y tenía a la venta material de papelería, llevó por denominación El Progreso, y estuvo definitivamente radicada en el número 14 de la calle Méndez Núñez, principal calle del Barrio Hipódromo también conocida como la calle Ancha, esquina con Churruca y provista de un chaflán que se conserva en la actualidad a pesar de que el edificio original desapareció hace bastantes años. Mientras que el domicilio particular de Don Joaquín se localizó cuatro calles más abajo hacía la playa, en el número 26 de Sánchez Barcaiztegui.     

   Líder vecinal: Primera procesión de la Virgen del Carmen
   La principal entidad cultural y deportiva del Barrio del Hipódromo fue el Club Melilla que desde su fundación en 1917  sostuvo con sus propios medios económicos una escuela primaria donde recibían instrucción unos cuarentas  niños y niñas, mantenía un equipo de futbol y organizaba con frecuencia charlas y  festivales lúdicos. En ella don Joaquín S. Pagán fue  vicepresidente en sus comienzos y años más tarde, en 1924 ocupó su presidencia. Rindiéndosele un homenaje en este Club en 1925.
   También en 1927  nuestro carismático tipógrafo fue elegido presidente de la Junta de Festejos del Barrio del Hipódromo.
   Joaquín S. Pagán fue uno de los dirigentes que promovieron hace ahora noventa y cinco años, concretamente el 16 de julio del año 1917, la primera procesión por las calles de los barrios Real e Hipódromo de una imagen de Nuestra Señora del Carmen. Virgen con gran número de devotos en esta zona entonces mayoritariamente poblada por pescadores y mineros, así como modestos artesanos y comerciantes.
   La comisión vecinal que con gran entusiasmo organizó esta primera procesión, seguida de verbena estuvo presidida por Rogelio Navarrete en representación del Barrio del Real, y Joaquín Sánchez Pagán por el Barrio del Hipódromo.
   Desde entonces, este año de 1917, y de manera continuada, la Compañía Española de Minas del Rif colaboró desinteresadamente con la  Comisión de Festejos del Barrio del Hipódromo, aportando diversos materiales y servicio. Así podemos precisar que en 1968 facilitó seis postes para el tendido del alumbrado eléctrico y exorno de las fiestas en honor de la Virgen del Carmen, la Feria de este Barrio. No dejemos en el olvido que los antiguos poblados mineros de Uixan y San Juan de las Minas, en la zona de Seganga, los obreros de la Cia. Española de MM. del  Rif también tuvieron por Patrona a la Virgen de los marineros, celebrando su festividad con verbenas. Y que igualmente uno de los fortines levantados para proteger aquellos parajes llevó el nombre de Nuestra Señora del Carmen.
   En los primeros días del mes de julio de 1917 los habitantes de los barrios del Real e Hipódromo unieron sus esfuerzos para hacer realidad el deseo de todos: contar con una imagen de la Virgen de Carmen, para tenerla más cerca en sus plegarias. Y con esta finalidad adquirieron una figura mediante suscripción popular al mismo tiempo que comenzaron a recaudar fondos para levantar una capilla a la entrada del Barrio del Real.
También estos vecinos consiguieron de la Junta de Arbitrios la proclamación de la Virgen del Carmen como Patrona de ambos barrios.
   Para la solemne ocasión de la primera procesión se proyectó construir artísticos altares en los baños Las Delicias y calle Real, actualmente desdoblada y con la denominación de Coronel Cebollinos y Capitán Arenas, el adorno de fachadas, levantamiento de arcos y exorno general. Así dos días antes de la efemérides la prensa local informó que se construirían vistosos arcos en las calles de Villamil, Méndez Núñez, 18 de julio y en los pasos a nivel de las líneas de los ferrocarriles de la Compañía Española de Minas del Rif y Norte Africano, esta última después denominada SETOLAZAR. También que Ramiro Santamaría, propietario del Jardín Valenciano, adornaría gratis la fachada de la capilla,  que Sr. Urtiaga, empresario del ramo eléctrico correría con la cuenta de la iluminación y el Sr. Garcerán donaría cien cirios para dar más brillantez a la procesión.
   Por su parte la Junta de Arbitrios facilitaría a la comisión organizadora numerosas palmas, banderas, escudos y otros elementos destinados al adorno de los arcos y fachadas, al igual que se comprometió a reforzar el alumbrado público de las calles de la Estación, actual General Villalba, y 18 de julio, ahora avenida de La Legión, con formidables arcos voltaicos.
   La esperada procesión saldría de la Capilla del Barrio del Real, seguiría por la calle Villamil, playa, calle Méndez Núñez, calle de la Estación, 18 de julio y finalmente terminaría en la calle 9 de julio, hoy rotulada con los nombres de las Infantas Elena y Cristina. Siendo conducida la imagen de la Virgen del Carmen por personal de la Compañía de Mar, mientras que una comisión de la tripulación del cañonero Recalde la acompañaba
   La verbena se celebró entre las ocho de la tarde y las dos de la madrugada, estando amenizada por una banda de música militar y para que a la concurrencia no le faltara de nada se autorizó a los cafés, cervecería, cantinas y establecimientos análogos de la zona a permanecer también abiertos. No en vano estos negocios contribuyeron económicamente a los gastos originados por los festejos.
   Algunos de los más destacados vecinos de los barrios del Real e Hipódromo levantaron templetes ante sus negocios, destacando el montado por el Señor Sánchez Pagán y  en la playa por el propietario del los baños Las Delicias, don José Antón.
   Además un anónimo benefactor  aportó un donativo de quinientas pesetas para atender obras benéficas.
   Finalmente debemos recordar que en este mismo año 1917 fue también inaugurado el centro lúdico y cultural Casino del Real, importante entidad que permanece activa y próxima a cumplir su primer centenario.
   Publicaciones de la imprenta El Progreso
   En los talleres de El Progreso se imprimieron durante un buen número de semanas la revista literaria Melilla Joven, cuyo primer ejemplar vio la luz el día 10 de agosto de 1913. Considerada órgano de expresión de la juventud literaria melillenses, y liderada en la sombra por Tomás Segado, años más tarde director de El Telegrama del Rif, colaboraron en ella los periodistas locales más conocidos. Y semanalmente se ponía a la venta en el paseo principal del Parque Hernández.
   Posteriormente, en 1918 comenzó a dar forma al semanario El Cañón. Entre los años 1921 y 1925 sacó El Quijote con periodicidad mensual y del año 1923 a 1925 al semanario de aparición dominical El Profeta.
   Periodista
   Además de impresor, Joaquín Sánchez Pagán ejerció el periodismo, concretamente como director y redactor jefe de algunas de las revistas que se realizaron en su imprenta, así fue director de El Cañón y El Quijote, y  redactor jefe de El Profeta bajo la dirección de Fermín Requena.
   En todas las revistas, que hemos tenido ocasión de contemplar, impresas en los talleres de don Joaquín S. Pagán, junto a las habituales noticias de Melilla, aparecían informaciones específicas de los barios Hipódromo y Real. Una curiosidad a resaltar en el amplio campo de las publicaciones de nuestra ciudad y evidente muestra del afecto que profesaba por esta zona de nuestra ciudad.
   Su gran vinculación con el periodismo lo llevó a formar parte de la Asociación de la Prensa de Melilla.
   Epílogo
   El regreso a sus cuarteles peninsulares de gran parte de las unidades que habían llegado a la ciudad en el año 1921 para participar en la campaña de reconquista y desquite que siguió al desastre de Annual, ocasionó una crisis económica en Melilla.  Acentuada en parte por el desplazamiento del frente principal de combate a la zona de Alhucemas en 1925 y culminada dos años más tarde con la finalización de las operaciones que llevaron a la pacificación del Protectorado. Recesión que afectó al sector de las artes gráficas locales, y por ende a la imprenta El Progreso de don Joaquín Sánchez Pagán, quien tuvo necesidad de acceder a eventuales puestos de trabajo en la administración municipal, la Junta de Arbitrios. Donde entre otros puestos ocupó en 1924 el de guarda muelles interino, con la tarea de custodiar los paquetes postales y más tarde, en 1927, el de escribiente en el Matadero. Permaneciendo en esta última actividad escasos días debido a  enfermedad que lo obligó a presentar la dimisión.
   Estuvo casado con doña Josefa Pina Puisalber.
   Tres años más tarde, el 19 de diciembre de 1930 falleció don Joaquín Sánchez Pagán a consecuencia de bronquitis crónica, contando sesenta y tres años de edad, dejando para siempre el imborrable recuerdo de un sencillo hombre de bien en las calles y plazas de su barrio, el Hipódromo.  
                                                                                                     por Juan Díez Sánchez
                                    ( de la Asociación de Estudios Melillenses )

Artículo publicado en el diario Melilla Hoy el domingo 15 de julio de 2012.


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